En noviembre de 2023 tuvo lugar el Primer Ciclo de Performance Art Sudamericana en New York.
Con sede en Teatro LATEA y Grace Exhibition Space, el Ciclo se dividió en tres noches que contaron con performances en vivo y proyecciones de videoperformances. Participaron 12 artistas y colectivos de distintos países de Latinoamérica cuyas producciones giran en torno al cuerpo como vehículo de expresión de experiencias panamericanas como el género, el trauma, la identidad, lo social, lo político y económico, además de la migración, el cuerpo en desplazamiento y las nuevas relaciones con el territorio.
El Ciclo contó con un gran apoyo de la comunidad local de performance de New York y cada noche se llevó a cabo con entradas agotadas.
Trabajando desde el abordaje de las temáticas de manera situada en el contexto sudamericano, cada presentación logró movilizar al público, incentivar la reflexión colectiva en torno al devenir del lenguaje en la región y afianzar su relevancia en la preservación de la cultura, la resistencia y la transformación. En el nuevo anclaje de los artistas y sus obras en esta localidad es donde radicó la integración y el propósito de este ciclo.
Fotos: APA Team
Una constante de los tres eventos fue la presentación de tres performances en vivo y una videoperformance. La noche inaugural tuvo lugar el 2 de noviembre en el Teatro LATEA, y abrió con la obra Toronjas (1977-2017) de Marta Minujín (Argentina), una videoperformance enfocada en la acción de doce performers vestidos de blanco, que mueven toronjas de lugar dentro de un ámbito museístico.
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Por su lado, la obra de Arantxa Araujo (México/NY) puso el foco en la inmigración, evolución y globalización a través de un baño de cera y semillas por todo su cuerpo, con la ayuda de seis personas de la audiencia. Natacha Voliakovsky (Argentina/NY) hizo uso de dos catéteres insertados en su piel para sostener una tela con la inscripción “Illegal alien”, llamando así la atención sobre las políticas migratorias de Estados Unidos. Por último, la obra de Pancho López (México/NY) consistió en la acción de tomar un café consigo mismo, acompañado de una videoproyección de su silueta.
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La segunda noche del ciclo tuvo lugar el 10 de noviembre en Grace Exhibition Space. Comenzó con una video-acción de Amapola Prada (Perú), que toma el símbolo del toro y lo enlaza con la colonización, y cuestiona cómo el proceso de educación es a veces represivo de la fuerza vital. Las brasileñas Anna Costa e Silva y Nina Terra crearon una obra textual-vocal-visual interpretada por un coro de mujeres, quienes imitaron los cantos feministas de Sudamérica, planteando así una forma de romper con pactos ancestrales de silencio.
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Maná Bugallo (Argentina/NY) recitó un poema en torno a la temática de la deuda económica, que cuestiona a quién se le debe y qué poseemos realmente. Salomé Egas (Ecuador) participó con una performance que rinde homenaje a la preservación de territorios ancestrales frente a la extracción de bienes. Durante la acción cubrió su cuerpo dorado en aceite y luego invitó a la audiencia a limpiarla, en un acto simbólico de saneamiento de sus tierras de origen.
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El 17 de noviembre, también en Grace Exhibition Space, fue la noche de cierre del ciclo. Comenzó con la videoperformance del grupo Alfombra Roja (Perú), que mostró una intervención del espacio público de un grupo de personas vestidas de rojo, recostadas sobre las escalinatas de distintos edificios ministeriales. Esta acción hace referencia a la alfombra roja que se utiliza en las asunciones y actos presidenciales, y conceptualmente plantea un reposicionamiento en la ruta hacia la igualdad de derechos.
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Domenica García (Ecuador) utilizó una videoproyección y materiales de la naturaleza, como caracoles y arena, para generar un paralelo entre el mar y su cuerpo, proponiendo a la audiencia una experiencia fantástica y surrealista a partir del cruce de lo digital con la performance. La obra de Siri Gurudev (Colombia/Texas) cuestionó qué sucede con el cuerpo en distintos ambientes y cómo es modificado por ellos, bendijo al público con una rosa que colgaba de su zona pélvica, y decoró su tórax con flores. Para finalizar, la performance de Carolina Muñoz Awad (Chile/NY) consistió en desenvolver su cuerpo de las capas de una larga tela, acción que la artista vincula con el desplazamiento de las personas de sus tierras natales.
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El ciclo fue un testimonio de la importancia de la performance art como herramienta de preservación de cultura, y por sobre todo, de la necesidad de crear comunidad a partir de la memoria latinoamericana.
El Primer Ciclo de Performance Art Sudamericana en Nueva York contó con la asistencia en producción de manera presencial de Sujetka Val Terkes (Perú/Nueva York), pasante de Argentina Performance Art (2023/24).
La curaduría y producción general estuvo a cargo de Natacha Voliakovsky en representación de Argentina Performance Art.
Reseña a cargo de Catalina Russo (CABA), pasante de Argentina Performance Art (2023/24).
Catalina Russo Temchesen es estudiante de las carreras de Artes Visuales y Crítica de Artes en UNA, dptos. de Artes visuales y Crítica de Artes correspondientemente. Es además artista visual. Su campo de interés es la performance art situada, junto a la reestructuración y continuidad del arte político argentino.
Edición a cargo de Equipo APA.